
Si en el caso de Ha nacido una estrella y Beau Geste soy de la opinión de que se pueden considerar las versiones si no mejores -va en gustos- sí canónicas de sus historias llevadas varias veces a la pantalla, en el caso de Roxie Hart eso no sucede. Hay tres adaptaciones de la obra teatral Chicago, de Maurine Dallas Watkins. Una es universalmente conocida, se trata del brillante musical triunfador de los Oscars de 2002. Otra es muy desconocida, se trata de la primera versión muda que la productora de Cecil B. De Mille rodara en 1927 aprovechando el tirón de la obra teatral recién estrenada. Hay un estupendo y prolijo texto en Movies Silently que además de describirla y analizarla con quizá excesivo entusiasmo la compara con esta versión hablada de 1942 con algún comprensible prejuicio contra el talkie. Si Roxie Hart es la menos valiosa de las tres versiones se debe, aparte de a que no sea una obra maestra sino una buena historia hábilmente rodada, a que no puede ser ni como la anterior ni como la posterior. Me explico: no puede tener toda la chispa y la gracia de la obra original porque la censura no lo permitía: ni Roxie podía matar a su amante, como pasa en el filme mudo, ni su marido podía ser un aprovechado ni se podía enseñar mucha carne ni… En fin, todo eso que irritaba a la oficina de censura, que ante la primera versión de guion comentó lo siguiente en sus amables términos habituales: «the story seems to be a travesty on the administration of justice and on the courts in this country which would undoubtedly tend to weaken respect for law and order generally.» The PCA objected to the characters, notably «Roxie Hart» and «Billy Flynn,» committing perjury and subornation of perjury; the script «condoning, if not glorifying, female murderesses, and of minimizing the seriousness of the crime of homicide»; and wondered «whether this picture will not be considered an attack on American institutions and way of life, and, if so taken, will not inevitably call down condemnation on the whole motion picture industry.»

Este previsible rechazo de la censura obligó a reelaborar la historia, volverla algo más pueril e incoherente y, aunque el resultado final sea entretenido y muy potable, sabe a poco teniendo en cuenta pre y procedentes versiones de esta obra teatral. Es cierto que Wellman y Nunnally Johnson, productor y guionista, se esforzaron por mantener la carga satírica y la crítica inmisericorde a la prensa y el sistema judicial con su peculiar humor y puesta en escena que luego comentaré, pero el resultado final aunque entretenido, ágil y peculiar, no es brillante.

Roxie Hart es el nombre de una aspirante a estrella de variedades casada con Amos, un hombre aburrido que no la satisface y al que es infiel con otro que Amos mata llevado por los celos al encontrarlo en casa. Roxie se hace pasar por la verdadera asesina (de hecho lo es en la versión original y las otras dos películas) guiado por unos periodistas, la guardesa de la prisión y por su abogado, Billy Flynn (interpretado por Adolphe Menjou, lo mejor de la película) con el fin de evitar la horca apelando a diversas artimañas durante el juicio mientras se gana el favor del jurado con su imagen creada en prensa de víctima de las circunstancias. A diferencia de lo que sucede en las otras versiones la historia se narra en flashback. Es uno de los periodistas que siguen el caso quien 15 años más tarde lo cuenta todo en la barra de un bar, propiciando un final ¿feliz? también distinto y digamos sorprendente.

Es un lugar común mencionar una ingeniosa frase de Raoul Walsh sobre el humor de Wellman: “Su idea de la comedia es contemplar un paracaídas que no se abre”. Es una frase que creo a la vez ajustada e injusta. En el cine de Wild Bill el humor casi siempre está presente. Excepto en el caso de sus filmes más abstractos, como Incidente en Ox-Bow o The Track of the Cat, la norma es que las cosas fluyan con naturalidad y ligereza, y eso implica algún grado de humorismo que atempere los excesos de dramatismo que Wellman, eso sí sucede en todo su cine, rechaza por norma. Otra cosa muy distinta es su capacidad para crear comedia. Si al hablar de Magic Town ya vimos que aquel intento de imitar a Capra fue desastroso, en el caso de Roxie Hart Wellman no imita otros modelos, sino que aporta sus propias ideas. El problema es que estas ideas no tienen gracia ninguna, o si la tuvieron ya hace muchas décadas que se les fue por el desagüe. Que cuando dos mujeres pelean se oigan de fondo maullidos de gato (!) o que Roxie (Ginger Rogers pasadísima de rosca y goma de mascar) no tenga mejor modo de hacer ver sus puntos de vista que embestir como un carnero pues… En fin. Mucha sal gorda. Mi intuición me dice que Wellman no debía, él mismo, ser un tipo de humor fino y monocular. Me imagino a un hombre temperamental que ni muestra ni espera de los demás doblez alguna. El ser humano de Wellman no tiene reversos, sino que es lo que muestra y se muestra tal y como es. Por eso quizá le cuesta llevar a la pantalla esa sucesión de reversos inesperados de cada personaje que es la comedia. En cualquier caso es tan amplia la filmografía de nuestro amigo que excepciones para esto, como para casi todo, se podrán encontrar.
Lo que sí me parece atractivo y bien resuelto de Roxie Hart es su estética y su fotografía propia del cine negro que, la verdad, le viene muy bien. Me ha llamado la atención una cosa, el empeño que parece haber en que se vean los techos del decorado. Obviamente esto me ha recordado a Ciudadano Kane estrenada pocos meses antes y me he preguntado si no puede ser una influencia directa y curiosa de de Welles (y Toland) que, si bien dejó poca huella en la taquilla, parece que enseguida tocó el ojo de otros compañeros (de Welles y Toland) que enseguida se pusieron a imitar sus hallazgos más obvios y llamativos.
Más de Wild Bill en nuestro especial No soy tan duro: el cine de William A. Wellman


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¿Te ha gustado menos de lo que pensabas? Yo la verdad que es una película que he disfrutado bastante y tiene varios aspectos por los que me parece un obra interesante en la filmografía de Wellman. Una la mencionas: el tratamiento de película de cine negro para un híbrido, a mi gusto conseguido, de comedia, cine judicial y musical.
A mí Ginger Rogers, la verdad, me gusta como actriz de comedia. Y es que, creo, que la naturaleza del personaje es estar pasado de rosca.
Luego, me llama ese mundo sombrío que presenta, pero en clave de humor.
Haciendo balance de todo lo visto (y escrito en tu blog) hasta ahora, cuál es la que más te ha marcado o valoras.
Por ahora, Wellman ¿está siendo el director que esperabas o te está decepcionando?
Hasta ahora de todo lo publicado por la que te he sentido más entusiasmado es por Alas, ¿no?
Beso
Isabel
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Bueno, antes de verla había leído sobre ella en los libros que manejo y ya me olía que no iba a convencerme. El caso es que coincido, palabra por palabra, con todas tus valoraciones, y aprecio mucho a Ginger Rogers, su oficio no es el problema. Es cierto que la peli tiene muchos méritos, pero en este tipo de comedia ya sabes que se recorre esa frontera difusa entre la astracanada y la zafiedad… Y lamentablemente creo que Wellman ese camino lo recorre con un poco de torpeza. Hawks con esta historia habría hecho una maravilla.
Wellman está siendo exactamente el director que me esperaba, precisamente porque no puede ser otro… Me explico. Es un hombre que hizo demasiadas películas y que él mismo -tenía un gran criterio cinematográfico- era su mejor juez y decía que la mayoría de sus películas eran una chufa hechas deprisa y corriendo o por encargo desapasionado. Ya sabía, al ponerme con toda la filmografía, que me iba a encontrar con varios truños, pelis interesantes pero algo fallidas (como me parece esta) y también con sorpresas como So Big!, que es la que estoy cocinando ahora, que empieza mal y acaba muy bien… ¡Es que tiene de todo!
A Alas es a la que más espacio dediqué y claro que me entusiasmó verla de nuevo con otros ojos, pero no es la peli de Wellman que más me gusta. Creo que mi favorita es Incidente en Ox Bow, que ya conocía, pero hacer este especial me está haciendo descubrir joyas magníficas y curiosidades a patadas. Quizá sea Wild Boys of the Road la que más me ha gustado de las que no conocía.
Ahora el problema que tengo es que para escribir sobre las que me gustan mucho -Beau Geste, Caravana de mujeres, Cielo amarillo…-me da entre respeto pereza, porque quiero que quede algo especial y no siempre tengo tiempo para escribir algo que les haga justicia. Bueno, poco a poco vamos avanzando, creo que llevo ya como 30 pelis comentadas!
Un beso enorme, querida.
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Dioooossss, se me escapó mi nombre…
Dejo mi firma
Beso
Hildy
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Bueno, si quieres creo que puedo editar el comentario y borrarlo o cambiarlo por Mari Trini o Chindasvinta!!!
Yo cuando monté el blog lo hice en la absoluta seguridad de que nunca lo leería nadie, así que lo hice con mi nombre aprovechando la cuenta de wordpress que ya tenía… Yo, obseso del anonimato, cada vez que veo en la pantalla mi nombre real me da un repelús… ¡Lo bueno es que he ganado un tocayo!
Besazo
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Hola tocayo
Soy mucho de la Rogers (de todas las ginger -de pelo- en general) seguro que me divertiría mucho. Porotraparte, todas los fotogramas ya dan una idea muy clara de que todo el mundo viaja en alas de la «alta» comedia.
Me ha resultado muy gracioso el cartel y me he fijado en dos «carreteras secundarias»; por un lado lo cómodo que aceptan los americanos pasar apelativos por nombre -Ginger y Roxie- y por otro la casualidad de los apellidos, Rogers y Hart suenan mucho a Rodgers y Hart tándem compositor que duró, precisamente hasta el 43 por muerte de Hart. La nueva pareja fué Rodgers y Hammerstein.
Un saludo, Manuel.
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Hola tocayo ganado,
en todo encuentras hilaciones y concomitancias; eres un máquina, aunque como comento aquí el personaje (Hart) es anterior a la actriz (Rogers)
Repaso mi texto y veo que Hildy y tú tenéis razón en sacarme tarjeta amarilla por hablar mal de Rogers. Digo que está pasadísima de rosca y es verdad, ya lo verás si la ves, pero la culpa no es suya, de eso estoy seguro al 100%. Me parece una estupenda actriz, se me saltan las lágrimas viéndola bailar y ahora mismo saco el látigo de siete colas y me doy bien fuerte por no saber explicarme.
Un saludo!
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