Lo bueno de recorrer por entero la carrera de un hombre como Wellman, hiperactivo y poco exigente con los proyectos que accedía a dirigir, es que, aunque hay que lidiar con muchas películas medianas -no sabría poner nota a Lady of Burlesque, pero supongo que está en el límite superior de lo así calificable- se termina teniendo una perspectiva del cine de Hollywood que, dejándose llevar solo por listas de críticos e Historias del Cine impresas, es imposible tener. Películas como esta que atraviesan varios géneros, que no están producidas por una major, que no son ni buenas ni malas, que nadie recuerda, que no se parecen a otras a pesar de su convencionalismo, se me escaparían totalmente del radar -vamos, se me escaparán cientos- si no me obligara a verlas. Y sin embargo tengo la sensación de que si uno era el espectador medio en los EEUU de principios de los 40, lo habitual era que al entrar en el cine se encontraría más habitualmente con algo como nuestra peli de hoy que con lo que actualmente creemos que era el canon de la época en cada género.

La estrella de variedades es Barbara Stanwyck, aquí Dixie Daisy, que viene a ser la prima donna de un espectáculo de music hall picante y gamberro. Ocupando el espacio de lo que antes fue un teatro dedicado a la ópera, una compañía bien nutrida de piernas largas y números bufos representa cada noche, con éxito, la función. La película dura 91 minutos en la copia que tengo. Pues bien, justo hasta el minuto 45 y pico, la estricta mitad, no hay drama que valga ni entuerto que resolver. Solo asistimos a pedazos de actuaciones, conversaciones entre cajas, desafíos visuales y verbales al código Hays y, en fin, la vivencia es extraña porque no siente uno estar viendo una película norteamericana rodada en 1943. Tengo la sensación de que la novelita en que se basa el guion, supuestamente escrita* por la real artista de variedades Gypsy Rose Lee, The G-String Murders, debe de tener poca trama que desenredar, así que Wellman toma la decisión de dedicar la primera mitad del film a mostrar los entresijos de la compañía y el espectáculo y la segunda parte a resolver el whodunit.

Y es que justo en ese minuto 45 y pico de 91 aparece muerta una de las artistas, que rivalizaba con Dixie Daisy, asfixiada con una G-String que no sé si es un tanga o una media o una liga o la cuerda de sol de un violón. Lo mismo da porque además había sido envenenada previamente. En este momento se detiene la acción y aparece un investigador de la policía que parece conocer a todos lo integrantes de la compañía como si viviera entre bambalinas y las rencillas que entre ellos hay y, bueno, investiga. De aquí al final aparecerá otro cadáver y alguien intentará terminar con nuestra Bárbara del alma sin conseguirlo, claro, pero el espectáculo debe continuar y seguimos viendo piernas y plumas y canciones picantonas y bailes de muy gimnástica exigencia.

La estrella de variedades no es una buena película, pero tampoco está mal hecha. Wellman muestra muy bien todo, y como en otras ocasiones logra eso tan difícil que es presentarnos y ponernos en comunicación con un gran grupo de personajes en muy poco tiempo. Los números son simpáticos, Stanwyck está como siempre, que es como nunca y, realmente, nada hay que se pueda reprochar a su trabajo. Además cuenta con la dificultad añadida de que todo, excepto un par de minutos, sucede en el teatro, bien en el escenario o bien entre cajas o en los camerinos, y a pesar de ser espacios cerrados y repetidos la película respira bien y no es teatral. Si la hubiera rodado Renoir en los años 30 en Francia, aligerando parte de la floja intriga policial, sería memorable, pero en su tiempo y en su lugar, sin embargo, es una anomalía.

Ese carácter anómalo quizá provenga de su concepción general. Lady of Burlesque fue creo que la primera producción independiente de Hunt Stromberg, exitoso productor de la MGM que, hasta las narices de Louis B. Mayer, decidió montar su propia compañía y distribuir mediante United Artist. Quiso empezar con un musical cruzado con otros géneros, y no tengo muy claro por qué escogió a Wellman para dirigirlo, pero así fue. La película no fracasó en taquilla a decir del hijo y biógrafo de Wellman, William Jr. Consiguió de hecho una nominación a los Oscar por su banda sonora a pesar de que creo que podría clasificarse como serie b. Por lo visto en 1942, cuando se concibió el film, hubo cierta polémica por parte de grupos cristianos defensores de la decencia y todo eso que exigían terminar con estos espectáculos de music hall que alegraban los ojos y regalaban los oídos del público que, si no tuviera ojos ni oídos, sería muy probablemente muy decente y muy cristiano ¿Es Lady of Burlesque un intento más de sacar provecho de polémicas moralistas, una apología entrañable de un espectáculo que ya no existe o una descarada competencia filmada a esos mismos espectáculos a los que el cristiano decente decía no acudir, pero sí acudía, como todo el mundo, to the movies? A saber.
Esta película se lanzó casi a la vez que Incidente en Ox-Bow, que nadie tuvo prisa por estrenar previendo el fracaso que fue -en EEUU- y se rodó inmediatamente después de ella. Recorrer la filmografía completa de Wellman, como decía al principio, es trabajoso pero intelectualmente muy estimulante, porque hace que me pregunte mucho por la naturaleza de una industria y de una forma de producir arte y cultura que mientras más recorro más me pierdo en ella. ¿Cómo puede ser que alguien ruede aquel western oscuro, serio, estilizado como una puñalada limpia en el corazón, profundo y silencioso, y que un mes después pueda dirigir este bullicio terrenal y caótico, tan superficial y deslavazado pero tan lleno a la vez de vida y alegría?

*Dice William Wellman Junior que el ghostwriter real es un tal Craig Rice.
Más de Wild Bill en nuestro especial No soy tan duro: el cine de William A. Wellman
Hola tocayo
No hace mucho que revisé la peli que nos traes hoy y coincido contigo; si tuviese que definirla con una sola palabra sería: dispersa. Da toda la impresión de que es puro entretenimiento. Te mete en un universo apropiado y ¡Vayan pasando! Yo creo que eran conscientes de hacerla en tiempo de guerra y daban eso, números músicales, chicas guapas y una trama como disculpa. Bueno y Barbara Stanwyck.
Es curioso como un personaje «tangencial» como Gypsy Rose dio tanto juego; creo que la última Star fue Natalie Wood en «Gypsy» -se entiende que nadie más repitiese ¡Qué desastre!-.
Lo poco que no se desarrolla en el teatro es en un taller-cocina chino, cosa que tiene su punto visionario. Con eso y el g-string ya podemos ponernos un gorro de papel de plata e inventar una conspiración.
Un saludo, Manuel.
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Hola tocayo,
cuidado, que te metes con Gypsy, que no la he visto, pero veo que la protagoniza nuestra querida Hildy Johnson, y no queremos peleas.
Tienes razón en que quizá que fueran tiempos de guerra y dispersión cultural influyó en que se pretendiera tan ocupar 91 minutos con números y la Stanwyck.
Saludos dispersos
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Vuelves con nuestro querido Wellman. No estaría mal un ciclo con todas las películas que hizo con Barbara Stanwyck, porque también es una manera de descubrir a esta actriz que para mí rara vez estuvo mal en un papel, ¿verdad?, aunque el largometraje en cuestión no estuviese a su altura.
Esta mezcla de vida y alegría, de lo caótico, terrenal y bullicioso también esta presente en otra obra de Wellman con otra dama del espectáculo, que a mí me gusta mucho, y que realizó un año antes, «Roxie Hart», ¿no te parece una buena sesión doble?
Beso
Hildy
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Pues sí, querida Hildy, haría buena dupla con Roxie Hart, aunque realmente son pelis que no se parecen mucho.
Ay Barbara Stanwyck, se merece todos los ciclos del mundo. Si Wellman resucitara y le preguntaran «¿qué películas suyas desea volver a ver antes de volverse al hoyo?» Yo creo que diría que todas las que hizo con Barbara, a la que adoraba con razón por sus dotes interpretativas, por su profesionalidad y porque no le daba guerra ninguna, como otras divas. Es verdad que cantaba lo justito, pero vuela más ligera por la Historia del cine sin el pesado lastre de la perfección.
Un besazo!
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