Yo Soy la Juani (Bigas Luna, 2006)

Por algún motivo Bigas Luna prefirió, a la antigua, poner los créditos completos al comienzo de Yo soy la Juani para dejar al final tan solo una dirección web: www.yosoylajuani.com, a la que si accedemos hoy observamos que está muerta, y el aviso de ello termina con la palabra fake. Gracias a webarchive podemos ver el cadáver aún flasheante de esa página y resulta que solo es una imagen del póster, un par de enlaces a la distribuidora, a la web del director y al tráiler de la película que acabamos de ver y otro menú que conduce por ejemplo a un Blog de la Juani con solo tres entradas pero cientos de comentarios de los que transcribo el último visible: La peli es la puta mierd.a vamos!!yo tengo un novio asin y lo mando mas pronto al karajo…ella es demasiado llorona y debil hay que ser mas fuerte ombre…y él pff es un cabronazo k la trata komo una puta mierda,kon esta peli os deberiais dar kuenta lo tontas ksomos kon los ombres y los ombres no kambian digan lo kdigan,nosotras somos la que mandamos..un beso. Esa dirección web cerrando el metraje es una estrategia promocional estúpida, vista hoy en día, como tantas otras de esos principios de este siglo atolondrado en el que todos nos hemos confundido tantas y tantas veces invirtiendo tiempo y esfuerzo en cosas que no interesan a nadie, y menos al futuro.

 

Aquellos primeros años del s XXI fueron aquí en España de una prosperidad confusa, o confundida, de final de burbuja económica que estalló poco después del estreno de esta historia de -intento de- superación poligonera de la que hoy vengo a hablar. Recuerdo que aquel mismo año 2006 me contaba una alumna que su novio ya había conseguido ahorrar los 1500 euros que costaba reponer el faldón delantero de su coche tuneado, fastidiado en un percance, y que en cuanto lo pusiera se centraría en acumular más pasta para forrar en piel el asiento -poco más que un taburete metálico- de su máquina de recolectar –repelar le dicen- hojas de tabaco, pues ese cultivo era el origen de sus ingresos. Eran tiempos de derroche y mal gusto, y la afición al tuning, la modificación de automóviles con epatantes resultados, llenaba los extrarradios urbanos y los pueblos de España de colores eléctricos, musicote a todo trapo y transformaciones extremas de pequeños utilitarios y viejos deportivos. Soy tan ajeno a ese mundillo que el día que me encontré en el cine con el tráiler de Soy la Juani recuerdo perfectamente que me dije a mí mismo que jamás la vería, y aquí me tienen escribiendo sobre ella, y en adelante cosas buenas, 18 años después.

Me dispongo a ver esos 18 años después de renegar de ella Yo soy la Juani con afán documental, porque tengo que escribir sobre otra cosa de Bigas Luna, y me encuentro con que, una vez que el tiempo transcurrido ha terminado con el esplendor de aquel mundillo estruendoso de los coches coloreados y los bafles vitaminados, y que la web de la Juani está cadáver, y sus comentaristas -los reales y los becarios de la productora- ya deben peinar canas como yo, lo que queda como resto del naufragio es una película más que interesante.

Tiene un pulso narrativo, una energía y una vivacidad en la puesta en escena que debería ser propia de un joven bendecido por la industria que conoce su tiempo y se aprovecha de él, como les pasa desde hace un lustro a Los Javis. Sin embargo, Yo soy la Juani la rueda Bigas Luna con 60 años, casi a tiempo de jubilarse. Eso no le impide construir una película ágil, montada sobre una banda sonora que nunca calla y que, como un personaje más, orienta las pequeñas gestas y los fracasados intentos de La Juani por abrirse paso en el mundo de la actuación, que es el suyo pero que, como todo lo demás, le es completamente desconocido. Quizá si la hubiera visto en su momento la habría despachado diciendo que esta película es un videoclip alargado que cuenta la historia irrelevante de un personaje olvidable. Puede ser, pero la analizo ahora y me digo que está cien veces mejor rodada que el 90% de la producción audiovisual que veo actualmente, que Verónica Echegui crea un personaje irrelevante, sí, pero que su oficio y el de Bigas Luna hacen que se vuelva importante en su mediocridad, valiosa en su inoperancia. Ambos levantan una producción antipática quizá al público medio de su tiempo pero fiel a una idea arriesgada y moderna, que resulta ser con el tiempo un inmejorable testimonio de su época. De su época procede también el que para mí es su mayor defecto: la deficiente calidad de sus imágenes, no sé si porque está rodada en torpe digital de primera época o porque quiere imitar esa textura borrosa y pobretona del nuevo medio de filmación que se abría camino entonces.

Este contexto poligonero, semianalfabeto y embrutecido, poblado por emociones atávicas y aspiraciones vitales con la forma de un subwoofer, es lo que Bigas Luna quería retratar. Para ello lo que hace es limitar el recorrido dramático de los personajes, que son simples, predecibles y lineales como una luz de freno, y poner el acento en el contexto audiovisual que presentan, y que los representa. Son gentes simples, sin preparación ni perspectivas razonables de futuro, pero habitan una atmósfera sensorial muy fuerte que les atrapa y engaña: música, sexo, drogas y el lugar donde se reúne todo ello, esos barrocos vehículos ficticios, casi inutilizables, los coches tuneados que son el producto de la materia con la que se hacen sus sueños.

La Juani quiere salir de ese círculo, ser actriz. Se va a la capital con su amiga de tetas operadas y allí descubre lo que todos menos ella sabemos: que el talento hay que estudiarlo, y que las oportunidades o las buscas bien o te encuentran en forma de sacrificio. El único éxito, al final, de La Juani, es que por fin deja al cateto de su novio y se marcha en tren con destino incierto, como en las pelis de Ozu. Ella no lo sabe, pero nosotros sí: realmente marchaba hacia una segunda parte que nunca llegó a rodarse: La Juani en Hollywood*. También se habló de construir un museo de sus cosas en Valencia, que decía Bigas Luna que ojalá fuera permanente. Era 2006, por qué no dedicar un museo a un personaje de ficción de incierto éxito y cajera del mediamarkt.

*Sí se hizo algo parecido a una continuación: DiDi Hollywood en 2010, pero esa es otra historia.

6 respuestas a “Yo Soy la Juani (Bigas Luna, 2006)

Add yours

  1. Hola tocayo

    ¡Me pinchan y no sangro! ¡La Juani se sube al trendesombras! Esta colusión de universos no debe quedar impune juas, juasss

    Para empezar confieso que con el cine de Bigas Luna tengo una relación «espesa»; técnicamente su cine está bien -otra cosa es que sea mérito suyo- pero… esos argumentos, esas ganas de «dar que hablar». En el otro lado de la balanza siempre elegía actrices bastante mejores que sus papeles y, aparentemente, se empujaban por se LA elegida… luego a ninguna de todas ellas su participación en un BigasLuna le daba ningún beneficio.

    Cuando vi LaJuani me pareció un intento -vano- de llevar a la nueva generación al cine. Eso sí, Verónica Echegui está impecable.

    Un chunda-chunda saludo, Manuel.

    Pd. la misma semana que Hildy nos comenta de Siegel YT se ha llenado de copias de «I Walk The Line» Frankenheimer del 70. Ambos directores tienen trayectorias paralelas. No te la pierdas.

    Me gusta

  2. Ja Ja.. ¡Lo sabía!

    De hecho, te confieso que lo he publicado pensando en darte un susto. Como digo arriba la vi un poco por inercia para completar porque estaba escribiendo sobre otra peli de Bigas Luna, pero como me sorprendí a mí mismo apreciándola, me apeteció anotar algo. Esto fue como hace dos meses y la tenía por ahí con la duda de publicarla, porque es verdad que La Juani luce extraña entre bógares y takamines, pero pensé para mí mismo «el tocayo se va a quedar patidifuso», así que adelante con los faroles o los faros de xenon.

    Realmente pienso que si la hubiera visto en su momento hubiera pensado algo parecido a lo que dices, y en general el cine de Bigas Luna… Pues coincido en parte con lo que dices y no me gustan algunas pelis suyas, pero con el tiempo poco a poco va aumentando mi estima por parte de su cine, que guste o no siempre es personal.

    Un saludo con suspensión neumática y spoilers iridiscentes de fibra de vidrio.

    PD: como compensación a este pequeño susto que te has llevado con La Juani (mejor encontrártela aquí que no en la Biblioteca Nacional) ya mismo veo I Walk The line, o reveo, porque me suena no sé si de verla hace mucho o de haberla puesto en la cola de espera.

    Me gusta

  3. Una joven de suburbio con problemas en casa y harta de discutir con su celoso e indeciso novio, decide romper amarras y hacer lo que no ha hecho mientras estuvo perdiendo el tiempo con él. La chica se propone triunfar en esta vida, va a ser actriz y que nadie lo dude porque ella está convencida de que lo conseguirá. Bueno.
    Este ejercicio de marchosa puesta en escena incide, diría que de manera poco aportativa, sobre la vida y miserias de jóvenes en la periferia urbana. Crónicas cinematográficas con esta temática ya hemos visto unas cuantas (algunas, claro, posteriores a la que aquí se comenta) y en ésta, Bigas Luna, más allá de su habilidad para sacar un buen partido de actores y actrices noveles, no logra emocionarme y además quedaba claro que para entonces este director había perdido buena parte de su su capacidad de provocación. Lo que me lleva al que considero el trabajo más interesante de Bigas Luna, BILBAO, una película turbadoramente sucia, con el tono y la estética de un «graffiti» de retrete público, escatológica y malvada, claustrofóbica y surrealista, deviene un desinhibido escarceo por las voluntariamente ignoradas alcantarillas mentales del ser humano. Obra singular que partiendo de un esquema similar al de EL COLECCIONISTA de William Wyler, llegaba mucho más allá, aportando además una buena dosis de ironía. Ah, y en mi memoria ha quedado grabada la heroica actuación de Isabel Pisano.
    PD.— No me ha quedado nada claro en el comentario del otro Manuel lo del paralelismo entre las trayectorias de Don Siegel y John Frankenheimer.

    Me gusta

  4. Hola Teo, pues tampoco puedo quitarte la razón en lo que dices sobre Soy La Juani y aunque yo haya tenido un encuentro más afortunado con ella de lo que esperaba, todo lo que dices entra en el rango de lo que se puede decir de ella.

    Por supuesto que está a años luz de Bilbao, y sumo también a Caniche, que es sobre la que tenía que escribir. La verdad es que alucino bastante con lo olvidadas y minusvaloradas que están esas primeras obras suyas (descontamos su complicado debut, Tatuaje) que a mí me parecen de lo mejor que ha dado el cine español en general y en esos años muy en particular. Quizá su misma deriva hacia lo comercial, la polémica fácil y esas cosas que decía mi tocayo, le hayan perjudicado a él mismo y a su fama, ya que es un director cuyo nombre creo que evoca en el aficionado esa sensación que tantas veces oigo verbalizar últimamente: «me da pereza».

    Sobre lo de mi tocayo, yo sí entiendo lo de que las trayectorias de Frankenheimer y Siegel son paralelas porque comparten época y la capacidad de hacer productos (casi) siempre entretenidos e interesantes. Él trae a colación a Siegel porque habla esta semana de él nuestra querida Hildy Johnson en su blog, que supongo conoces, y si no ya estás tardando en visitarlo en vez de perder el tiempo en este lleno de horteradas y carcamaladas, jeje.

    Un saludo Teo, un placer leerte.

    Me gusta

  5. Ayyyyy, Manuel, cómo me ha gustado leerte.

    Si es que tienes una mirada muy especial, pero certera. Tu análisis de «Yo soy la Juani» tiene enjundia.

    Y encima tienes gracia.

    Mi relación con Bigas Luna es compleja (porque no sabría expresar realmente que me parece o me lo tendría que pensar y volver a ver toda su filmografía…).

    Pero si me tuviese que quedar con títulos de su trayectoria, volvería a ver a gusto:

    Jamón, Jamón

    La camarera del Titanic

    … y quizá también Yo soy la Juani…

    Fíjate tú, jajajaja.

    Beso

    Hildy

    Me gusta

  6. Hola querida!

    Eres tan maja que dices sin decirlo que te moló poco La Juani en su momento… Normal, con la clase que tú tienes.

    Precisamente Jamón jamón no se me ha ocurrido revisarla, y eso que la tengo muy lejana y debería resituarla en mi disco duro mental, porque la vi con 15 ó 16 años en plena efervescencia y las escenas que recuerdo y por qué las recuerdo…. rombo rombo.

    Un besazo!

    Me gusta

Deja un comentario

Crea una web o blog en WordPress.com

Subir ↑

Diccineario

Cine y palabras

Pre-Code.Com

Celebrating Pre-Code Hollywood, 1930 -1934, when movies were sexy, smart, complex and a hell of a lot of fun.

sin sentido

opiniones irrelevantes sobre cine y otras cosas

Movies Silently

Celebrate Silent Film

Japanonfilm

beyond Kurosawa, ninja, and Godzilla

cinelibrista

Cosas de libros, cine y series

Insertos Cine

Estrenos, críticas, comentarios de cine y algunas notas sobre las visiones

Cine hasta el amanecer

"Un mundo nuevo no es más que un nuevo modo de pensar"

Esbilla cinematográfica popular

"Forgotten, but not gone"

La mano del extranjero

Blog sobre ficciones del cine, la literatura y el cómic

elcriticoabulico

Crítica de cine informal pero esmerada

39escalones

Reflexiones desde un rollo de celuloide

El blog de Hildy Johnson

Simplemente, un blog "de cine"

El Testamento del Dr. Caligari

Web dedicada al cine mudo con reseñas de películas, curiosidades, crónicas del Festival de Pordenone e información sobre Charles Chaplin, Buster Keaton, F.W. Murnau y todos los grandes cineastas de la era silente.

El Gabinete del Dr. Mabuse

Blog de reseñas cinematográficas

WordPress.com en Español

Blog de Noticias de la Comunidad WordPress.com