Incidente en Ox Bow ya hemos comentado alguna vez que fue un fracaso en EEUU pero que tuvo bastante éxito en Europa por lo que, a causa de las buenas críticas que llegaban del viejo continente, se decidió un reestreno en 1946 que esta vez dejó buena taquilla. Animados por estas circunstancias se volvieron a reunir Wellman y Lamar Trotti para parir esta peli basada en una novela de W.R. Burnett. El caso es que, a pesar de que comienzan de forma muy parecida, con una escena de bar con forasteros, el resultado final es muy distinto. Cielo amarillo es una peli mucho más convencional que Incidente en Ox Bow, aunque atesore un montón de buenas ideas y ocurrencias que hacen de ella un buen western con momentos memorables y al menos dos personajes: me refiero a Mae (Anne Baxter) y su abuelo (James Barton) que la trascienden.
Un grupo de ladrones liderados por James Dawson (Gregory Peck) huyen para no ser atrapados a través de un desierto de sal del que salen, a punto de amojamarse del todo, para dar con un pueblo abandonado, Yellow Sky, en el que solo quedan una avispada muchachuela y su abuelo, que con el tiempo descubriremos que se dedican a extraer oro de una mina cercana. Como se puede esperar, los conflictos que animan la trama se corresponden primero con las ansias de algún forajido por forzar a la chica y después con los intentos de unos y otros de quedarse con el oro. Su argumento es bastante convencional, y conduce por cierto a un final yo diría que tan convencional que es incoherente. Sin embargo, Wellman se esmeró en hacer de esta peli algo especial y puso lo mejor de su oficio en ello.

Cuando los ladrones cruzan el temible desierto de sal en unos minutos rodados con especial intensidad y llegan al pueblo-espejismo se encuentran con una mujer de armas tomar (nunca mejor usada esta expresión) a la que Wellman ha querido dotar de una iniciativa y una energía inusitada, que contrasta por cierto con la pequeña estatura de Anne Baxter, que borda su papel. Es una mujer que irradia esa extraña hombría que las convenciones del género (me refiero a western, ojo) asignan a las mujeres solteras y jóvenes pero, por otra parte, desprende sexualidad y deseo a raudales. Me parece que Anne Baxter es lo mejor de la película, pero curiosamente creo que su gran energía y presencia en pantalla hacen que, por contraste, no termine de acoplarse del todo con el otro protagonista que interpreta Gregory Peck.

El habitual anecdotario que despliegan los estudiosos de Wellman nos cuenta que el bueno de Peck no terminó de encajar, como le ocurre a su personaje, con el resto del equipo. Rodada en un paraje de Death Valley, al parecer Baxter fue el alma de muchas fiestas en las que participaban todos excepto el futuro Atticus Finch, hombre tranquilo y familiar que no gustaba de este ambiente, lo que hizo que tanto Baxter como Wellman pasaran un poco de él. De hecho, según el director, ella no lo soportaba y aprovechó el rodaje de las escenas en que ambos se pelean para materializar su antipatía con algún puntual puntapié a las partes colgantes de su partenaire. En fin, sea todo esto cierto o no, lo que sí es obvio es que Gregory Peck no es capaz de mostrar la ambigüedad moral que se le supone a su personaje, que siendo líder de una banda de delincuentes en ningún momento nos hace pensar que haya en él algo oscuro o temible ante lo que la chica deba ponerse en guardia o resistirse o por lo que sus compañeros de fechorías deban temerle. Curiosamente Richard Widmark, que carga con un papel secundario que yo creo que le queda pequeño, sí es un actor especialista en desprender ese malibuenismo que le falta a Peck. Quizá con él como protagonista la peli hubiera quedado más redonda.

Por lo demás, está llena de momentos de gran cine y de ocurrencias de Wellman que, como decía antes, la elevan por encima de lo que da de sí la historia y su resolución. Pienso en esa travesía del desierto de sal y que a partir de ahí desaparece por completo la música extradiegética, de manera que ya queda flotando, hasta los últimos minutos, una muy adecuada atmósfera de fantasmagoría. Pienso en los viajes de Anne Baxter a por agua en la fuente donde pacen los ladrones, pienso en el duelo final, que sucede en off, que tan solo oímos, pero que sobrecoge como el primer frío de la mañana.

A modo de post data, me gustaría comentar lo mucho que cambia esta película vista en VO respecto a su versión doblada al castellano. El equipo de doblaje español no sé qué es lo que ha hecho, pero lo que queda es una especie de comedieta ridícula que diluye por casi por completo esa atmósfera de ensoñación tensa que Wellman supo darle con gran maestría en la que cierto es que no falta el humor, pero predominan otras emociones e ideas.
Más de Wild Bill en nuestro especial No soy tan duro: el cine de William A. Wellman

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Me gusta mucho también este western de Wellman, sobre todo me parece maravillosa la atmósfera que transmite la película desde el principio. Todo transcurre en un ambiente de pesadilla, fantasmal, extraño.
No sabía lo de que dieron de lado a Gregory Peck. Me encantan este tipo de anécdotas.
A mí Peck me gusta mucho como actor y creo que en esta, en Duelo al sol (aquí es especialmente malote) o El pistolero, sí logra dar complejidad y ambigüedad a sus vaqueros, además de una sensualidad muy especial, ¿no crees?
Beso
Hildy
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Querida, Hildy, coincido contigo y conmigo. A mí me chifla Gregory Peck, me parece un actor estupendo y creo que está genial en cualquier western, a mí en especial me gusta cómo lo hace en Horizontes de grandeza y en El pistolero. Sin embargo a veces me ocurre con él eso, que sus personajes deberían tener un trasfondo chungo o un pasado oscuro o una ambigüedad moral que no me termina de poder transmitir. Creo que quizá por eso no me gustó nada de nada Moby Dick cuando la vi hace chorrocientos años. Debería revisarla para ver qué opino ahora, pero es que me parece un señor tan majete… Que le prestaría un talón de un millón de libras 😉
Un besazo
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Hola tocayo
Ya que nombras a Atticus también podría decirse que estamos viendo a Anne Baxter en tierra salvaje antes de saber sobre Eve.
Porcierto es sabido que el cine del oeste se mueve por arquetipos y es curioso lo poco que vemos a mujeres con armas. Incluso la pionera de todas ellas, la histórica Calamity Jane, aparece en bastantes pelis pero no suele salir bien parada. Estoy pensando en la, por otras muchas razones apreciable, Doris Day. Eso sí las pocas mujeres pioneras, hoy, tienen un plus de popularidad.
También tiene gracia como los normalmente «buenos» suelen aparecer barbados para ganar «credibilidad» en otro registro. Luego, ya si eso, se rasuran. Pero ni con barba el bueno de Peck puede competir con Widmark que es inquietante aunque haga de bueno.
Un saludo, Manuel.
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Eso es tocayo, por eso decía que Widmark de protagonista hubiera estado estupendo. Es un actor que a pesar de su quizá limitado registro cada vez me gusta más ver. No soy mucho de seguir filmografías de actores y actrices, porque sí, pero más de una y de dos veces me he puesto a ver cualquier cosa solo porque salía Widmark.
Y esta Anne Baxter es que es estupenda. Y la otra más. Gran pequeña tipa. Estereo-tipa, no como Peck, más mono-tipo, como le comentaba a Hildy querida.
Un abrazo.
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